La manera como el sol se va alargando día a día e ilumina cada rincón de la casa es pura magia.
Hoy hace mucho viento y se oye a través de las pequeñas grietas de las ventanas de madera, haciendo que la casa cruja entera de arriba a abajo. Llevo unos días con la casa para mí sola y veo, desde la soledad, matices que sólo se pueden ver cuando uno deja de querer compartir todas sus emociones, las guarda para sí mismo y las graba en su memoria como un pedazo arrancado del mundo. Y así he pasado la tarde, guardando pedazos de nuestro hogar en mi memoria y conociéndome un poco más.
Cuando vivía en casa de mis padres, solía encerrarme a escuchar música en mi habitación, y de vez en cuando sucedía: Descubría una canción que me salpicaba el corazón y no podía parar de escucharla, una y otra vez, desgranando cada palabra y significado. The water me ha acompañado musicalmente hoy, mientras contemplaba el atardecer a través de mi cámara, sabiendo que la soledad me es necesaria para llorar con una canción sin que nadie me vea, sin un motivo, sólo por pura emoción.
Lo siento, se han borrado los comentarios de ésta entrada al tocar una opción de blogger :(
ResponderEliminarTus fotos son pura magia :*
ResponderEliminarAhora si! :) Gracias Su!
EliminarUn post precioso: sencillo y perfecto.
ResponderEliminarComo una pequeña perla.
:)
Que fotos mas bonitas, Monica. Una luz tan tenue y tan encantadora!
ResponderEliminarabsolutely gorgeous... the warm colour of these last rays of sun are so magical!
ResponderEliminarUn buen ángulo! La luz es preciosa.
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