No podemos ordenar a ciertos momentos que simplemente ocurran. Hay cosas que no podemos simular.
La vida real tiene instantes. Tiene alma. Arbitrariedades y pequeños detalles que a veces nos pasan desapercibidos y son difíciles de explicar con palabras. Intento captar con mi cámara algunos de esos momentos, hacerlos míos y guardarlos en la caja de recuerdos que es mi memoria. Éste último mes, he recuperado la sensación de tirar fotos en analógico, y es un gustazo para mi salir con la cámara sin tener que pensar en objetivos, tarjetas de memoria y demás artilugios. Es como si hubiera recuperado una parte de la esencia que un día me llevó a hacer fotos y a disfrutar con ello. Así que me voy de vacaciones y me llevo sólo mi pequeña cámara Konica, un modelo de los años 60, imperfecta, usada y llena de recuerdos que hace que mire a través de su cristal una vida mucho más pausada, una calma encontrada, al fin al cabo, un verano.
y entonces es cuando empiezas a mirar y disfrutar realmente del viaje, mirando (sólo) a veces a través del visor, disparando (sólo) cuando ves el momento exacto. Bon voyaje! :)
ResponderEliminarSerá fantástico ver que instantes logras captar XD (El año pasado me llevé una ZenitB de segunda mano a Islandia, fue la única cámara que me quise llevar a pesar de que todo el mundo me insistía en que fuera digital... aún son mis fotos preferidas).
ResponderEliminarBon viatge!
felices vacaciones, con estas vibraciones seguro que captarás unos instantes irrepetibles! :)
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